En 1962, Gavito, de apenas 27 años, compró un terreno en Don Bosco, partido de Quilmes, por entonces un barrio en el que las casas eran pocas entre baldíos y calles de tierra. Allí construyó el que sería su taller de escultura durante toda su vida, llegando con el tiempo incluso a instalar un taller de fundición para llevar al bronce sus propias obras.

Más tarde, en 1991 compró esta casa en la calle Virrey Cevallos de la Ciudad de Buenos Aires, para transformarla en su segundo taller y poder complementar así sus actividades profesionales, recibir a coleccionistas y galeristas, dictar clases y reunirse con sus amigos vinculados al arte.

Hoy este segundo taller lo constituimos como Casa Museo para poner en valor su legado artístico y comenzar a desarrollar actividades en el campo de las artes plásticas, la danza y el diseño. En la actualidad un museo debe ser un espacio cultural que articule pasado, presente y futuro. Es por ello que abrimos las puertas a las nuevas generaciones porque el arte trasciende e impulsa hacia adelante el crecimiento cultural de una sociedad.

Las esculturas de Walter Gavito, como marco de las actividades, son el testimonio de que se puede desarrollar el arte en libertad, sin condicionamientos políticos, económicos y sociales. Al mismo tiempo, nos permite comprender el diálogo entre las ideas, la materialidad y el valor de nuestros propios proyectos.

El reconocimiento del valor patrimonial del arte es un punto de partida para desarrollar nuevos proyectos, convirtiéndose en el siguiente eslabón cultural de nuestro entorno social. Abrimos las puertas de la Casa Museo Walter Gavito a toda la comunidad con la intención de ofrecer un ámbito de acciones culturales que involucren la exposición de obras artísticas, la enseñanza, la investigación y reflexión del pensamiento crítico estético contemporáneo.

Los esperamos!
Hernán, Laura, Mariana y Eugenia. Hijos de WG.